Colombia Artesanal: objetos rituales, bastón de mando
Por Artesanías de Colombia
El bastón de mando es un símbolo de poder que solo los líderes civiles y sagrados como el cacique y el Jaibaná pueden ostentar en las comunidades Emberá y Wounaan. Desde niños, los hombres aprenden a tallar la madera de oquendo y la palma de macana, para cumplir con altos estándares la manufactura de su bastón, en un oficio que pasa de generación en generación.
Es una sola pieza de madera pulida, rematada con figuras de animales (tigre, hormiga arriera, garza gruya, o cascabel) o antropomorfas, que simbolizan sus ancestros, y en el caso de los Jaibanás, el de su espíritu protector. Un Jaibaná puede tener varios bastones dependiendo de los Jais que puede manejar para curar.
La talla del bastón definitivo hace parte del rito de paso en el que el adolescente se convierte en líder; un destino al que solo unos pocos tienen acceso. Es un símbolo de respeto en doble vía que afianza los compromisos entre el líder y la comunidad.
El Pueblo Emberá
Hoy en día, esta comunidad indígena habita diversas regiones del occidente colombiano por su patrón de asentamiento disperso. Siempre buscan medios de características similares donde haya selva tropical húmeda. En Colombia, habitan las zonas del Chocó, Antioquia, Risaralda, Quindío, Caldas, Valle, Cauca, Córdoba, Putumayo, Caquetá y también están asentados en otros países como Panamá y Ecuador.
Cosmovisión
Para los Emberá, su universo es conformado a partir de varios mundos. En algunas zonas se habla de nueve y en otras de tres, pero los principales son:
- El mundo de Caragabi, que algunos llaman el mundo de las cosas azules, donde residen Ankore, el mismo Caragabi, una serie de seres primordiales y las almas de los muertos. Este mundo está compuesto por cuatro niveles y se encuentra por encima de lo humano.
- El mundo gobernado por Trutruica, ser opuesto a Caragabi pero con el mismo poder, está compuesto por cuatro niveles, en ellos habitan los Jai. Este mundo queda debajo de lo humano.
- El mundo de lo humano, el cual vive en constante enfrentamiento con los Jai y los seres primordiales.
Estos mundos se han relacionado hasta el punto que antiguamente la relación entre el mundo de Caragabi y el humano era buena. Los hombres podían ascender al de Caragabi por una escalera de cristal, siempre y cuando respetaran la promesa de no tocar las flores que la adornaban.
Una vez, una mujer subía con su hijo a la espalda, y el niño tomó una flor, rompiendo así la posibilidad de visitar el mundo de arriba. El mundo humano quedó sin una comunicación directa, pero a nivel del pensamiento se da una interrelación con las esencias de las cosas.
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